El Papa Francisco nos impele de nuevo al cuidado de nuestra Casa común con la Exhortación Laudate Deum (LD) [1]. La crisis climática nos apremia a un cambio generalizado en el estilo de vida irresponsable occidental  y, a la vez, a acciones efectivas para mover a las indispensables decisiones políticas [2] de nuestros responsables políticos en los diferentes niveles, así como a los empresarios, porque ya sólo estamos a tiempo para evitar daños todavía más dramáticos (LD 16). Se trata del decidido cuidado mutuo, no de un planteo puramente ecológico.

En este artículo, sintetizamos algunos aspectos de su mensaje para animarnos a leer la Exhortación –que no es muy larga– y a nuestra conversión.

Francisco nos expresa sus más sentidas preocupaciones sobre el cuidado de la Casa común, donde cada vez más «Los atentados contra la naturaleza tienen consecuencias contra la vida de los pueblos»[3], y no reaccionamos suficientemente mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando… Muchas sufren ya y, otras muchas más, sufriremos sus efectos en la salud, fuentes de trabajo, acceso a recursos, vivienda, migraciones, etc. (LD 2). Debemos protegerlas.

La crisis climática está ligada a la emisión de gases de efecto invernadero de origen humano, como constata una abrumadora mayoría de científicos especializados en clima [4]. Los fenómenos naturales no explican su proporción y velocidad (LD 13-14). “Nos convertimos en seres muy peligrosos, capaces de poner en riesgo la vida de muchos seres y nuestra propia supervivencia” (LD 28). Por ello, llama a nuestra responsabilidad sobre la herencia que dejaremos: “¿qué sentido tiene mi vida, mi paso por esta tierra, qué sentido tienen, en definitiva, mi trabajo y mi esfuerzo?” (LD 33). Y a los poderosos les dice: “¿Para qué se quiere preservar hoy un poder que será recordado por su incapacidad de intervenir cuando era urgente y necesario hacerlo?  (LD 60).

Necesitamos repensar, entre todos, el poder humano, su sentido y sus límites (LD 28). En la raíz del daño[5] están los deseos de nuestro dominio ilimitado, gracias a la tecnología y la economía, considerando otros seres meros recursos a nuestro servicio e incluso culpabilizando a los pobres que tienen más hijos (LD 9). La ética ha de primar sobre las conveniencias locales o circunstanciales (LD 39). Y necesitamos clarificar muchas confusiones y simplificaciones, falta de información y resistencias. Y superar burlas, engaños y planteos equivocados del “merecido” poder humano de quienes nacieron con mejores condiciones de desarrollo, al que todo debe someterse… olvidando la posible igualdad de oportunidades (LD 32). Llama la atención que quienes niegan la crisis climática son los grandes poderes económicos con sus intereses de mayor rédito al menor costo y tiempo posibles (LD 13) y que grupos que la niegan también niegan la migración.

Debemos aprovechar esta ocasión mundial para provocar cambios saludables de cuidado mutuo a nivel global y local. Porque urge también un gobierno mundial multilateral controlado por la sociedad civil y con una eficacia estable, no a merced de políticas cambiantes ni distractivas, ni de los intereses de unos pocos. Francisco nos invita a estar atentas y activas ante la COP28 [6]. Pasar de ser consumidoras a ser ciudadanas activas.

Inspirarnos en nuestras motivaciones espirituales. Cada religión nos ayuda a caminar en comunión y compromiso, transforma nuestra vida y relaciones. A los cristianos nos inspiran y mueven la bondad de la creación de Dios y la experiencia de Jesús, tan atento a la belleza del mundo, a las personas, lleno de cariño y asombro, que invitaba a sus discípulos a reconocer en las cosas un mensaje divino (LD 62ss). Desde esta sabiduría que capta la variedad de las cosas en sus múltiples relaciones, el cuidado del universo adquiere mucha relevancia, cada ser contiene la presencia luminosa de Dios y podemos lamentar, por ejemplo, la extinción de una especie como si fuera una mutilación”. [7]

Nos descubre que “todo está conectado” y que “nadie se salva solo”. Y ¡aún estamos a tiempo!  Como dijeron en la presentación de la Exhortación: Unirnos es lo mejor que podemos hacer. ¡Todas podemos hacer algo!

Equipo del Eje JPIC – Provincia Vedruna Europa

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Articulo LaudateDeum

NOTAS:

[1] Papa FRANCISCO, Exhortación Apostólica Laudate Deum. Dirigida a todas las personas de buena voluntad sobre la crisis climática. Publicada el 4 de octubre de 2023 en el Vaticano.

[2] Laudate Deum, n 72. En adelante: LD.

[3] Asamblea Especial del Sínodo para la Región Panamazónica, octubre 2019, n. 10.

[4] Francisco basa sus datos en los informes del Panel Intergubernamental en Cambio Climático (IPCC), informes de ONU-Clima y de los laboratorios internacionales de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA).

[5] Cf Carta Encíclica Laudato Si nº 101, publicada el 24 de mayo de 2015. Cf. LD n. 20.

[6] Es la próxima 28ª Conferencia de las Partes ONU sobre el Clima, en Dubái del 30/11 al 12/12 de 2023. El Vaticano y numerosos grupos cristianos preparan su participación.

[7] Cf. Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, n. 215, del 24 de noviembre de 2013. Cf. LD 68.