Para muchos hoy, migrar es la única elección” nos dice el Papa Francisco en su Mensaje para la 109ª Jornada Mundial del Migrante y Refugiado [1] de este año, donde aborda el tema de la libertad humana de elegir donde vivir. Porque, aunque es un derecho humano reconocido en el Art. 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos [2], no está garantizado.

Por una parte, en muchos países no está garantizada la libertad de quedarse viviendo una vida digna y próspera o bien los conflictos y desastres naturales obligan a marcharse. Por otra parte, tampoco se garantiza que las personas y familias puedan ir con seguridad a otro lugar e integrarse allí cuando ven que en su país de origen no es posible esa vida digna; fronteras y muros legales y de exclusión añaden más inseguridad, con graves consecuencias para las vidas de millones de personas.

“¿Qué podemos hacer para que la emigración sea
una de las alternativas y no la única opción?”,
nos dice el cardenal Michael Czerny. [3]

El Papa nos invita a trabajar juntos y a acoger nuestras responsabilidades, “preguntándonos qué podemos hacer, pero también qué debemos dejar de hacer” y continúa: “Debemos esforzarnos por detener la carrera de armamentos, el colonialismo económico, la usurpación de los recursos ajenos, la devastación de nuestra casa común. […] Dondequiera que decidamos construir nuestro futuro, en el país donde hemos nacido o en otro lugar, lo importante es que haya siempre allí una comunidad dispuesta a acoger, proteger, promover e integrar a todos, sin distinción y sin dejar a nadie fuera. […] amarles y cuidarles como hermanos y hermanas, compañeros de viaje especiales. Sólo caminando juntos podremos ir lejos y alcanzar la meta común de nuestro viaje.”

El libro de los hechos de los Apóstoles 2,44-45 describe cómo es esa comunidad sinodal: “Todos los creyentes se mantenían unidos y ponían lo suyo en común: vendían sus propiedades y sus bienes, y distribuían el dinero entre ellos, según las necesidades de cada uno”.

Oh Dios, Padre todopoderoso,
concédenos la gracia de comprometernos activamente
en favor de la justicia, la solidaridad y la paz,
para que a todos tus hijos se les asegure
la libertad de elegir si migrar o quedarse.
Concédenos la valentía de denunciar
todos los horrores de nuestro mundo,
de luchar contra toda injusticia
que desfigura la belleza de tus criaturas
y la armonía de nuestra casa común.
Sostennos con la fuerza de tu Espíritu,
para que podamos manifestar tu ternura
a cada migrante que pones en nuestro camino
y difundir en los corazones y en cada ambiente
la cultura del encuentro y del cuidado.
(Oración del Mensaje del Papa Francisco)

Podéis acceder todos a los materiales de la Jornada que preparó el Dicasterio para el Servicio al Desarrollo Humano Integral, en diversas lenguas en la web: https://migrants-refugees.va/es/recursos/2023-jornada-mundial-del-migrante-y-del-refugiado/

Equipo del Eje JPIC de la Provincia Vedruna Europa

 

NOTAS:

[1] El Mensaje completo en diversas lenguas para el 24 de septiembre de 2023 en la web del Vaticano: https://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/migration/documents/20230511-world-migrants-day-2023.html .

[2]  El Artículo 13 de la DUDH dice: “1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. 2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.”

[3]  El Cardenal Michael Czerny es jesuita, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano.

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