Esta vez queremos recomendar un material para reflexionar y orar: “¡Viajeros al tren!”. Lo hemos utilizado, en grupo y personalmente, y nos parece muy interesante divulgarlo.
Son las estaciones del Tren de la Paz, unas fichas creadas por el grupo de reflexión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación de la CONFER España[1] como preparación a este Año jubilar de la Esperanza 2025. Para ello, este grupo ha reflexionado el libro de Xabier Pikaza, El camino de la paz[2].
Durante un año, mes a mes, hemos ido recibiendo las diversas estaciones. Estas nos han facilitado el acercamiento sencillo pero profundo a diversos aspectos necesarios para el camino hacia la paz desde la perspectiva cristiana. Una paz que comienza por cada persona y va ampliándose a cada familia, cada comunidad y llega a la comunidad de vecinos, del barrio o pueblo, de la región geográfica, del país, del continente y del mundo en diversos ámbitos de la vida.
Esbozando el recorrido del Tren de la Paz, vemos que el viaje comienza con la estación de salida: el Amor. Y el tren va pasando por una sociedad que posibilita nacer del amor y crecer con amor a todos los niños y niñas. Se detiene luego en los lugares donde discurre la vida cotidiana, barrios, pueblos, donde nadie se queda fuera ni es extraño, porque así es la gran familia de Jesús donde caben todas sin excepción, como hermanas y hermanos. Su cuarta estación es en la paz económica movida por el motor de la economía solidaria.
La quinta y la sexta son, la de la paz religiosa que necesita el profetismo y la sabiduría religiosa que anuncian la Palabra encarnada que no ofende, y también la de la comunicación abierta en la alianza de las religiones que llenan el mundo de riqueza, diversidad, con distintos nombres para Dios y un mismo corazón humano. La siguiente parada nos invita a cultivar la paz aprendiendo a curarnos unos a otros, mujeres y hombres, viviendo en salud interior y exterior. Y a continuación llega a la paz ecológica, la del del hermano sol y la hermana luna, la de la creación donde discurre la vida y es posible gozar de ella. La siguiente estación, penúltima, nos lleva a reflexionar sobre la supresión de la cárcel para suprimir la violencia estructural que esta supone.
Y, tras recorrer este largo viaje, quienes lo hagamos -como no- llegaremos a la última estación que nos proponen: a ser la Iglesia que camina con Jesús y lo acompaña subiendo a Jerusalén. Siendo testigos y proclamando con nuestra vida el Evangelio de la paz. En ese camino hasta la cruz desde la que nos invita a ponernos en pie, unos a otros, y a alzar la cabeza “porque se acerca nuestra liberación” (Lc 21,28). Así, el Amor entregado es también la estación final del trayecto.
Agradecemos esta iniciativa e invitamos a recorrer el trayecto cuantas veces sea necesario. En ese viaje, siempre vamos a ser aprendizas de la paz, siempre nos faltará ahondar más en algunas estaciones y siempre nos quedarán por explorar otras nuevas que descubriremos. Mientras seguimos aprendiendo, JUNTAS, nadie por encima de nadie, sin privilegios, la paz va cristalizando paso a paso, sin darnos apenas cuenta de ello. Y la Vida abundante, contagiosa, se abre camino en gestos y compromisos concretos.
En este enlace encontraréis todas las fichas: https://confer.es/publicaciones-confer/otros-recursos/viajeros-al-tren-2/
Montse Fenosa Choclán
Equipo JPIC
[1] CONFER es la Confederación de Religiosos y Religiosas del Estado español.
[2] Xabier PIKAZA, El camino de la paz, una visión cristiana. Editorial KHAF, 2010.
Artículo para descargar:
Tren paz- Febrero25