A medida que la tecnología se desarrolla, también lo hacen las formas en que la definimos. Somos conscientes de la no existencia de una definición única o fija de IA, pero hay un cierto acuerdo común en que las máquinas basadas en IA “son potencialmente capaces de imitar o incluso superar las capacidades cognitivas humanas, incluyendo la detección, la interacción lingüística, el razonamiento y el análisis, la resolución de problemas e incluso la creatividad.”[1]

El teléfono móvil, ordenador, tablet u otros dispositivos están presentes en nuestras casas, trabajos, bancos, ocio, coche…; en todos y en todo momento, nos conectamos y usamos conscientes o no, la inteligencia artificial (IA).

A grandes rasgos, y dependiendo de la capacidad para resolver tareas o alcance, la IA se puede clasificar como IA general (fuerte) y la IA débil (restringida o estrecha). La primera, está en fase de desarrollo y experimentación, dada su complejidad, con un uso no siempre cercano a la ciudadanía; y la débil es aquella que está especializada en tareas específicas, como “Alexia”, “Siri” … ampliamente utilizadas en muchos dispositivos y lugares.

Son muchas las personas que habitualmente utilizan la IA todos los días, pero lo que posiblemente no sepan es que preparar las máquinas para que aprendan todo lo que saben genera muchos daños en el medio ambiente. ¿Somos conocedores del impacto que tiene en él?

Muchos, tal vez, conozcan la huella ecológica de nuestra casa, familia e incluso personal (ya hemos hablado de este tema con anterioridad), pero, ¿sabemos la huella de la IA?

Toda actividad humana genera huella de carbono, (recordamos a “la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que se emitieron a la atmósfera por medio de alguna actividad humana, que puede ser un producto o un servicio, o por la acción diaria de un habitante”).

Veamos a modo de ejemplo, el uso de la IA, cualquiera de sus herramientas, por ejemplo, el ChatGPT, quizás la AI más popular y masiva en la actualidad, genera una alta huella de carbono, que va a la atmosfera.

Por ejemplo, algunos estudios[2] afirman que  la creación de GPT-3 emitió 552 toneladas de CO2, produciendo 8.4 toneladas de CO2 anuales.

Ya que procesar los datos, instruir las AI y el mantenimiento de los servidores de forma activa son algunas de las actividades, que genera un grado alto de consumo de agua dulce y energía de esta industria

[3]

Por un lado, los centros de procesamiento de datos usan electricidad de plantas de energía que requieren grandes torres de refrigeración, a su vez convierten el agua en vapor emitido a la atmósfera. Así mismo, los cientos de miles de servidores deben mantenerse fríos, pues la electricidad que se mueve a través de sus semiconductores, genera calor continuo. Energía, agua y sitios verdes son costes elevados de la IA. Un círculo de constante energía y consumo energético. Sin olvidar la “basura” que generará.[4]

Un estudio de la Universidad de California[5], Riverside en 2023, mostró que el uso de agua potable para entrenar las IA de ChatGPT en Estados Unidos fue de 700.000 litros en un año. Esto equivaldría a fabricar unos 370 BMW o 320 coches de la marca Tesla, es decir un alto coste, no solo económico sino sobre todo energético[6].

Una aplicación como ChatGPT, posee un costo para el medio ambiente que es cinco veces más alto, si se la compara con lo que contamina un automóvil en toda su vida útil.

¿Qué es ChatGPT?

La UNESCO[7], en su “guía de inicio rápido”, nos dice que: “ChatGPT es un modelo de lenguaje que permite a las personas interactuar con una computadora de forma más natural y conversacional. GPT son las siglas de “Generative Pre-trained Transformer” (Transformador Generativo Preentrenado, creada por OpenIA e impulsada por Microsoft) y es el nombre que recibe una familia de modelos de lenguaje natural desarrollados por la Inteligencia Artificial (IA) abierta. También se conoce como una forma de IA generativa por su capacidad para producir resultados originales. ChatGPT utiliza el procesamiento del lenguaje natural para aprender de los datos de Internet, proporcionando respuestas a preguntas o instrucciones de los usuarios. Estas respuestas están basadas en inteligencia artificial

Para que nos hagamos una idea, en el caso de ChatGPT, se han suministrado a su sistema 570 GB de datos que representan 300 000 millones de palabras y, además, tiene unos 175 000 millones de parámetros incorporados[8]. Por lo que podemos pedir a esta herramienta datos, análisis e incluso una opinión, si bien esta estará basada en un análisis de estadístico de miles de millones de textos que ya estén en Internet. Por lo que su “fiabilidad” debe ser siempre contrastable. Ya que una de las desventajas más conocidas en el “sesgo algorítmico supone una tendencia de los algoritmos de IA a tomar decisiones discriminativas debido a la influencia de datos de entrenamiento desviado. Si los datos empleados para entrenar modelos de inteligencia artificial contienen prejuicios o reflejan desigualdades sociales, los algoritmos pueden perpetuar esos sesgos, lo que se refleja en decisiones injustas”.[9] (Podemos leer otras desventajas en este mismo enlace).

El ChatGPT es usado en la actualidad por unos diez millones de usuarios al día.

Esta herramienta no está regulada en la actualidad de forma generalizada en los diversos Estados u organizaciones, lo que supone una preocupación para aquellos países que sI han iniciado su regularización, como la Unión Europea. Por ejemplo, sabemos que Italia bloqueo en 2023 el uso de esta herramienta por el problema de la privacidad y la protección de datos[10].

Nos preguntamos: ¿la inteligencia artificial (IA) puede ayudar a combatir el cambio climático o lo aumenta?

En este sentido podemos encontrar afirmaciones basadas en estudios recientes de todo tipo. Por un lado, hay quienes afirman que puede ser un elemento positivo y, todo lo contrario.

Un impacto positivo sería en los hogares inteligentes, donde la IA, puede reducir las emisiones de gas, al ser optimizado el uso de la energía, ya que puede controlar el consumo de electricidad climatización y otros sistemas presentes en el hogar. Afirman algunos expertos que “la IA puede facilitar la transición hacia una economía circular, donde los recursos se reutilizan y reciclan en lugar de ser desechados. La gestión de residuos es otro de los aspectos que se verá optimizado, ya que la IA identificará los que pueden resultar todavía útiles y separarlos de los que no lo son para que tengan una segunda vida útil”.[11]

El mundo es muy complejo y globalizado, por lo que no es fácil tener una visión estricta de la IA, ya que otros afirman que la IA, está ayudando en la investigación, en múltiples campos de la industria para hacerlos más sostenibles y ecológicos. Así afirma Carlos Santana que “los sistemas de IA están contribuyendo a descubrimientos y avances en la lucha contra el cambio climático con un gran impacto positivo.”[12]

En 2017 se comenzó a tener en el G7 un deseo de unificar posturas ante la emergencia de la IA. En 2018 Canadá y Francia se hicieron eco del Panel Internacional sobre Cambio Climático para estudiar los efectos globales de la IA en las personas y las economías y para dirigir el desarrollo de la IA.[13].

Posteriormente, la Alianza Global sobre Inteligencia Artificial se creó en junio de 2020, con la finalidad de velar para que la IA se desarrolle de acuerdo con los derechos humanos y los valores democráticos, garantizar la confianza del público en la tecnología… Los miembros fundadores de la Asociación Global sobre Inteligencia Artificial son Australia, Canadá, la Unión Europea, Francia, Alemania, India, Italia, Japón, Rep. Corea, México, Nueva Zelanda, Singapur, Eslovenia, Estados Unidos y Reino Unido.

El Parlamento Europeo, el 13 de marzo de 2024, aprobó la Ley de Inteligencia Artificial, que entró en vigor el 1 de agosto de 2024. Es la primera ley en el mundo sobre IA, que pretende atemperar los riesgos que supone para la seguridad europea, y los derechos fundamentales de los ciudadanos de la Unión.

Está ley ha sido criticada por diversas instituciones, como por ejemplo Amnistía Internacional o La Quadrature du Net (LQDN)[14] . También existen acciones de Movemos Europa en contra de la utilización de datos personales.[15]

El futuro está por escribir, y somos las personas las que, con responsabilidad, sentido crítico y esperanza, debemos tomar conciencia de este tipo de acciones que nos envuelven la cotidianidad, y que una u otra manera pueden condicionarnos ese futuro. Queremos un mundo digital, sí, con IA, claro, pero también con inteligencia natural, que siga haciendo posible los valores que compartimos como personas.

 

Mercedes Álvarez, CCV

Artículo para descargar:
LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y SU IMPACTO ECOLÓGICO- Mercedes Álvarez- Ene 25

[1] Comisión Mundial de Ética del Conocimiento Científico y la Tecnología de la UNESCO (2019). Estudio preliminar sobre la ética de la inteligencia artificial. Disponible en: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000367823
[2] OpenCarbonEval: A Unified Carbon Emission Estimation Framework in Large-Scale AI Models. Zhaojian Yu, Yinghao Wu, Zhuotao Deng, Yansong Tang, Xiao-Ping ZhangShenzhen Ubiquitous Data Enabling Key Lab, Tsinghua University . arXiv:2405.12843v1 [cs.CY] 21 May 2024.
https://github.com/answers111/OpenCarbonEval
[3] Figura 1: Un ejemplo de agua operativa de un centro de datos Uso: agua de alcance. 1- en el sitio para refrigeración del servidor (mediante refrigeración torres en el ejemplo), y el uso de agua fuera del sitio de alcance. 2- para generación de electricidad. Los íconos para los modelos de IA son solo para fines ilustrativos.
[4] Para más información: https://elpais.com/tecnologia/2024-10-28/la-inteligencia-artificial-multiplicara-por-1000-la-basura-electronica-esta-decada.html
[5] Corresponding author: Shaolei Ren (shaolei@ucr.edu), University of California, Riverside.
arXiv:2304.03271v3 [cs.LG] 29 Oct 2023
Fuente fotografía: https://arxiv.org/pdf/2304.03271
[6] https://www.programaticaly.com/portada/huella-ecologica-inteligencia-artificial-cuanto-consume
[7] https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000385146_spa/PDF/385146spa.pdf.multi
[8] https://www.sciencefocus.com/future-technology/gpt-3
[9] https://www.isdi.education/es/blog/desventajas-de-la-inteligencia-artificial
[10] https://elpais.com/tecnologia/2023-03-31/italia-bloquea-el-uso-de-chatgpt-por-incumplir-la-normativa-de-proteccion-de-datos.html
[11] https://www.heraldo.es/branded/cual-es-el-impacto-ambiental-de-la-ia/
[12] https://peertube.dair-institute.org/w/qpKuiNLTuHHMnvWGjnA2D8?start=0s
[13]  Innovation, Science and Economic Development Canada (16 de mayo de 2019). “Declaration of the International Panel on Artificial Intelligence”. gcnws.
[14] https://www.laquadrature.net/en/2024/05/22/with-the-ai-act-adopted-the-techno-solutionist-gold-rush-can-continue/
La Quadrature du Net (en español La Cuadratura de la Red, abreviado como LQDN) es una organización de defensa de los derechos y libertades de los ciudadanos en Internet.
[15] https://action.wemove.eu/sign/2023-05-european-health-data-space-petition-ES?utm_medium=email&utm_source=akmail-
https://action.wemove.eu/sign/2021-11-stop-big-tech-petition-ES