“VEICO ha sido un referente para muchas familias que necesitaban ayuda y todo el pueblo sabe que, quien necesita algo, puede venir y será acogido con las Puertas Abiertas”. Entrevistamos a Anna M. Pijuan Guiu, de la comunidad laical Vedruna de Verdú (Lleida), que nos relata la experiencia de la cooperativa de confección VEICO, nacida en 1972 para dar respuesta al problema de la falta de salidas laborales para las chicas jóvenes en el pueblo.

¿Cómo nació la Cooperativa?

Yo no estuve desde el inicio, pero el objetivo fue responder a las necesidades. Verdú es una villa de unos mil habitantes que vive de la agricultura de secano, donde la falta de lluvia lo condiciona todo. El pueblo se remonta a la época megalítica y, tiene una fuerte identidad tejida en una historia marcada por verdunenses ilustres, como san Pedro Claver, quien se declaraba “esclavo de los negros esclavos de Cartagena de Indias”.

En 1972, las hermanas Vedruna se dieron cuenta de que las niñas, tras acabar sus estudios en la escuela que ellas conducían, no encontraban trabajo en el pueblo y tenían que marchar para ganarse la vida. Y se propusieron buscar trabajo para esta juventud. Era un momento de auge de los talleres de confección y pusieron en marcha uno, con la ayuda de personas muy próximas a estas empresas, que estimaban nuestro pueblo. Y contaron con el soporte de entidades y autoridades del momento. Iniciaron el proyecto con mucha ilusión y mucho esfuerzo colaborativo. Eran personas sencillas que tuvieron que hacer cursos para formarse: aprender a manejar las máquinas, cultura cooperativista, cursos de convivencia social, conseguir financiamiento, etc. Así nació la Cooperativa Industrial Vedruna VEICO.  Toda persona que entraba a trabajar, formaba y forma parte de la Cooperativa. La comunidad cedió el local y dedicó muchas horas de trabajo desinteresado. A lo largo de los años hemos sido más de 200 mujeres cooperativistas.

¿Nos puedes explicar algo del proceso que habéis vivido estos 50 años?

Hemos vivido muchos cambios y superado muchas dificultades. Y hemos tenido que ir cambiando el tipo de confección. Por ejemplo, cuando se inició la globalización del sector textil y el mercado global, se deslocalizaron empresas hacia otros países, perdimos algunos clientes, pero más tarde, recuperamos otros que valoran más la calidad de nuestra confección de ropa que abaratar el precio.

Ahora, la relación con los clientes es más distante. Y, por otra parte, las mujeres del pueblo se han ido promocionando y algunas han conseguido otros trabajos, pero aún hay un sector de mujeres, de Verdú y de otros pueblos cercanos, que tiene dificultades para acceder a un trabajo, debido a las condiciones del mercado laboral.

¿Cuidáis de alguna manera la Justicia, Paz e Integridad de la Creación?

Si, las cuidamos. La identificación con el espíritu inicial no es tan fuerte, pero siempre han primado las personas. La Cooperativa ha ofrecido unas posibilidades personales y económicas que otros tipos de empresas, fuera de la economía social, no ofrecen. Se adapta la jornada laboral al horario necesario para que las trabajadoras puedan compatibilizar el cuidado de sus familiares o su formación, por ejemplo. Siempre nos hemos caracterizado por un estilo familiar y por los valores de la unión, el trabajo, la calidad, el interés y la nobleza.

Además, producimos muy pocos deshechos. Contribuimos así a la ecología humana, social y natural.

¿Qué expectativas y esperanzas tenéis, qué desearíais ahora que habéis cumplido 50 años?

Hemos llegado a los 50 años casi sin pensarlo. Estamos en otra etapa. Han pasado muchas personas y, si les preguntásemos, cada una explicaría experiencias y expectativas diferentes. Pero, eso sí, VEICO ha vinculado mucho más la comunidad Vedruna a Verdú. La comunidad y VEICO han sido un referente para muchas familias que necesitaban ayuda y todo el pueblo sabe que, quien necesita algo, puede venir y será acogida con las Puertas Abiertas. Porque las personas son las que cuentan. Esa es nuestra marca que no queremos perder.

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50 años de la Cooperativa VEICO – Verdú