Con el otoño nos llega también el Adviento, un tiempo de preparación, reflexión y renovación espiritual. En el que tomar conciencia de todo lo vivido, aprendido y experimentado durante este tiempo, para ir cerrando ciclos, agradeciendo y dejando marchar lo que ya cumplió su función. Un tiempo para dejar sitio, y así poder acoger lo que viene, y al que viene (Él viene, siempre).
Ahora bien, desde una perspectiva de espiritualidad ecológica, este año, más que nunca, el Movimiento Laudato Si’ nos invita a considerar cómo nuestras acciones pueden contribuir al cuidado de la creación. En este contexto, la COP30 ha resaltado, una vez más, la urgencia de la conversión ecológica, una transformación necesaria para enfrentar la crisis climática que nos afecta a todos. A través del testimonio de comunidades religiosas y su compromiso con un futuro sostenible, se abre un camino hacia nuevas esperanzas e iniciativas concretas.
La crisis ambiental que atormenta nuestro planeta ha llegado a un punto crítico, como bien sabemos. La eliminación gradual de los combustibles fósiles es esencial, pero también lo es entender el doloroso vacío que puede dejar en las comunidades indígenas. En medio de estas dificultades, surge una llamada urgente a la conversión ecológica, donde cada acción cuenta. En este sentido, el pasaje de Mateo 3:3 resuena: «Preparad el camino del Señor; enderezad sus sendas». Este mensaje nos llama a actuar, a transformar nuestras vidas, grupos y comunidades a favor de un mundo más saludable, justo y pacífico.
Las Siete Virtudes Ecológicas y su relevancia en el Adviento

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Los líderes religiosos han propuesto siete virtudes ecológicas que pueden guiar nuestra práctica durante este Adviento: alabanza, gratitud, sobriedad, humildad, cuidado, paz interior y alegría. Al integrar estas virtudes en nuestro día a día, transformamos la manera en que interactuamos con el entorno. Cada oración, contemplación, meditación que elevamos se convierte en un hilo del tapiz de esperanza que tejemos colectivamente. Sabemos del poder espiritual de esos momentos. Desde ser agradecidos por los recursos que tenemos hasta adoptar una vida más sobria y consciente, cada pequeña acción y compromiso por la VIDA puede tener un gran impacto. Un ejemplo, entre otro muchos, que ha llamado la atención a los medios de comunicación, ha sido el compromiso histórico de sesenta y dos instituciones religiosas de desinvertir en combustibles fósiles, lo que representa un cambio significativo en el liderazgo moral respecto a la justicia climática. No solo se trata de una decisión financiera, sino de una declaración de principios, que busca inspirar a otros a seguir su ejemplo. Esta es una respuesta contundente a la necesidad de establecer un futuro más justo y sostenible, y demuestra que la fe puede ser, y es, un motor poderoso para el cambio.
En este Adviento, se nos ofrece una oportunidad única para reflexionar sobre nuestra relación con el medio ambiente en nuestros grupos y comunidades. La esperanza hecha carne es más que un ideal; es una llamada a la acción concreta. A través de cada jornada, cada momento de reflexión, cada acto de valentía, de justicia, de paz y compasión, contribuimos a un mundo donde el cuidado de la creación, y de los seres vivos, se extiende a nuevos horizontes. Fomentemos un espíritu de unidad y compromiso; trabajemos juntos para construir un futuro donde la paz interior y la alegría florezcan en armonía con nuestro entorno.
Al final, el camino ecológico del Adviento no solo busca la salvación de nuestro planeta, sino también la transformación de nuestros corazones y comunidades. Sigamos avanzando, con esperanza y determinación, hacia un futuro donde la creación sea honrada y protegida. Tejiendo juntas y juntos, y tal vez estemos más cerca entonces de la profecía de Isaías 11, 6-10
“El lobo convivirá con el cordero; el leopardo se acostará junto al cabrito; el becerro, el león y el animal engordado andarán juntos, y un chiquillo los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león comerá paja como buey. El niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la cueva de la víbora. Nadie hará mal ni daño alguno en ninguna parte de mi santo monte, porque la tierra estará saturada del conocimiento del Señor, así como las aguas cubren el mar. Cuando llegue ese día, sucederá que los pueblos irán en busca de la raíz de Yesé, la cual se plantará como estandarte de las naciones; y su habitación será gloriosa”.
Maranatha – Cristóbal Fones, sj
Maranatha, maranatha, que tu Pueblo gime, que te espera ya. (bis)
El Señor nos dará la lluvia
y nuestra tierra dará su fruto
Maranatha…
Ponte de pie Jerusalén, sube a la altura, contempla el gozo de Dios que te envía.
Maranatha…
Decid a los cobardes de corazón ¡Sed fuertes, no temáis! Mirad a Dios que viene y nos salvará»
Maranatha…
Mirad la Virgen está encinta y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel.
Maranatha…
Salmo de la Tierra que espera y el Adviento
Oh Dios que vienes en silencio, despierta en nosotras/os la luz que anuncia tu llegada. Que cada amanecer sea promesa, que cada acción sea semilla de esperanza.
La creación entera respira tu nombre, montes y ríos murmuran tu misericordia. Perdónanos por olvidar la ternura de la tierra y enséñanos a custodiarla como jardín sagrado. Donde toda vida sea sagrada.
En este tiempo de espera, abre nuestros ojos, nuestro corazón a los brotes que nacen, a los pequeños milagros que crecen sin ruido, a la vida que se renueva mientras caminamos hacia la plenitud de la Humanidad.
Tejamos juntas/os el futuro, Señor, con hilos de justicia y paz, con las manos de todos los pueblos. Que la paz y la justicia sean nuestro telar y la solidaridad, la trama que sostiene nuestros días.
¡Ven, Emmanuel de la creación!, habita nuestros hogares y nuestros campos, pueblos, ciudades y países. Que tu Espíritu nos haga custodios del bosque, del agua y del aire, para que las generaciones por venir encuentren la tierra florecida. Una tierra digna de una nueva humanidad.
Ayúdanos a cuidarnos los unos a los otros, no solo en Navidad, sino en todo momento, hacer de verdad, la NAVIDAD. Hacer posible la VIDA en la vida.
Bendito seas, Dios que viene, Dios que espera con nosotras y nosotros, Dios que nos llama a ser artesanos de tu promesa. Guarda nuestros pasos y enciende nuestra esperanza. Para tejer el futuro de la humanidad con paz, amor y justicia.
Amén.
Recursos
Os invitamos, si todavía no la habéis visto, a visionar la película documental “Baraka” (1992). Aclamado documental sobre la naturaleza del planeta Tierra. Rodada en 24 países diferentes, trata de captar la esencia de la naturaleza y la cultura de la humanidad y sus costumbres, al tiempo que señala las formas en las que el ser humano se relaciona con su medio ambiente. La aparente fragilidad de la vida humana es contrastada con la grandeza de sus obras, subrayándose la desigual relación entre hombre y naturaleza. Baraka no tiene argumento lineal, ni personajes ni diálogos, pero, en medio de estos enormes contrastes, la espiritualidad de la humanidad surge como el elemento más importante que la distingue de otras especies. Un mundo más allá de las palabras.
«La hora 11» (título original en inglés: The 11th Hour) es un reconocido documental sobre el estado del medio ambiente y las posibles soluciones a la crisis climática, producido y narrado por Leonardo DiCaprio. Puedes encontrar más información sobre el documental «La hora 11» en plataformas como Netflix o en sitios especializados como FilmAffinity.
Canciones:
Niño Dios- Athenas:https://www.youtube.com/watch?v=T9-ZaaM8A0k
Confía en Dios- Siervas: https://www.youtube.com/watch?v=2B2nWFe4scw
Ven Señor – Juan Susarte & Confía2: https://www.youtube.com/watch?v=3DbSHudm_SY
Un villancico para el planeta: https://www.youtube.com/watch?v=0ZapXmG32kA
Villancicos ODS: https://www.youtube.com/watch?v=gj77I-K3Xzk
Vanesa Martín – Un canto a la vida: https://www.youtube.com/watch?v=q6c7ev6GfsA
¡Buen camino!
Mercedes Álvarez García, ccv