La ganadería ha sido, desde bien antiguo, en concreto desde el Neolítico, una parte del avance del ser humano, conjuntamente con la agricultura. En la actualidad el aumento del consumo de proteína animal en una población humana es cada vez más numerosa[1] y está provocado que la cría de animales para aprovechar su carne, leche, el cuero y otros productos también se adapte a las circunstancias económicas y sociales, cristalizando en una doble tendencia: por un lado, una producción extensiva que podríamos calificar de más cercana a la tradicional, que recurre a pastos y prados naturales, y, por otro, un proceso creciente de industrialización, intensivo, adaptado al consumo masivo. Veamos los modelos de forma comparativa.

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La coexistencia con el modelo intensivo a creado serios conflictos en España durante los últimos años. Así Greenpeace realiza una campaña informativa sobre “las 10 razones para rechazarla”[3], otras entidades como Compassion in World Farming  [4], o World Animal Protection afirma que: “La producción intensiva, conocida como granjas industriales, es un problema global que requiere una solución global” [5].

Además del maltrato animal, hemos de añadir la emisión de gases de efecto invernadero de la ganadería y su repercusión en el cambio climático.

El cambio climático perjudica la producción ganadera de formas directa e indirecta. Las consecuencias más importantes afectan a la salud y bienestar de los animales, a la productividad, a la producción, calidad y estacionalidad de los pastos, y a la programación del uso de los pastos, y por ende en la cadena llega al ser humano.

Ya hace años, en concreto desde el 2012, se viene llamando la atención sobre los efectos sobre las distintas cabañas ganaderas, como el ya comentado maltrato, el estrés térmico que afecta al desajuste de las dietas e ingestas, así como la mortalidad neonatal de los animales.

Por otro lado, también afecta a la reducción y disponibilidad de pastos debido a la continuidad de sequía. O debido a la intensidad de las lluvias torrenciales, y su poder erosivo, recude la disponibilidad de pastos. El aumento de los costes de producción con objeto de mantener las condiciones adecuadas de ventilación, hidratación y temperatura al ganado en las explotaciones intensivas, es cada vez mayor, lo que a su vez repercute en la economía general y doméstica.

Como consecuencia también se empieza a constatar como las dificultades de adaptación de las diversas cabañas ganaderas, reduce la diversidad de especies que se adecúan a los cambios, lo que a la larga esto puede desembocar en su extinción. Así mismo se van constatando cambios en los patrones de las plagas y las enfermedades debido a los cambios en el régimen de temperaturas y precipitación.

Para luchar contra las dificultades y la demonización de la producción animal extensiva, basada en pastoreo, es necesario impulsar buenas prácticas en el sector, incrementar el apoyo social y político a la producción extensiva, potenciar los bienes públicos y privados y los servicios ecosistémicos que produce y garantizar la sostenibilidad de los aprovechamientos, afirma la Fundación Entretantos y la Plataforma por la Ganadería Extensiva y el Pastoralismo.[6]

Así mismo un de los grandes problemas con los que se enfrenta la ganadería extensiva, es el cambio- relevo generacional, hoy por hoy insuficiente en la España Rural.

Hay personas que siguen la tradición familiar y otras venidas al mundo rural de diversa procedencia.

La formación y el acompañamiento de estas personas debe planificarse dentro de las políticas públicas, ya que puede ser un modo de garantizar cierto futuro a la actividad, ya que las nuevas generaciones están más abiertas a otros modelos productivos y son más sensibles a desarrollar sistemas de explotación más sostenibles, nuevos modelos organizativos y relacionales con las explotaciones y las comunidades locales. Posibilitando en áreas con un abandono del terreno considerable y/o despoblación, la presencia de profesionales y familias que cuidad de la vida y de la Tierra. Y es que ser ganadera y ganadero es mucho más que poseer ganado, es formar parte de la sociedad rural, revitalizándola.[7]

Desde la Asturias rural conectamos con Pedro Paniceres a través de una entrevista realizada el pasado mes de noviembre, “Con los pies en la tierra”, en su episodio nº 14 y de su perfil en Facebook. Un modelo de cómo ir mejorando los lazos de cercanía con las personas consumidoras, estando atentas, no sólo al modelo tradicional – familiar, sino también a la innovación y, al mismo tiempo, a la transmisión del saber y el conocimiento tradicional.

Pedro, que vive en el Concejo de Villaviciosa (Asturias), nos habla de su vocación sentida, compartida por la tradición familiar. Algo que, desde pequeño, ha mamado, y que, en la actualidad, no es solo una profesión, sino también un “relax” y una vinculación “afectiva” para su vida, ya que sus catorce animales, que pertenecen a la raza asturiana de los valles.[8]

Una tradición familiar y afición que se remonta a sus abuelos, luego a su padre y ahora a él. Y aunque él trabaja en un concesionario de coches, dedica tiempo a “las costumbres de antes”, volver a las tradiciones como presentarse a concursos, de forma lúdica o conservando “el carro de vaques”, como medio de transporte más antiguo de Asturias de tracción animal. Comparte diversos vídeos en Facebook como este último, en el que nos comenta los primeros partos de las ovejas. [9]

Pedro Paniceres apuesta y nos muestra un modelo de ganadería no solo como opción de una alimentación de base agroecológica sostenible, donde se prioriza el consumo de productos locales, que favorece la economía y la cultura del medio rural, integrándose en los ciclos ecológicos locales.  Generando a su vez servicios ecosistémicos relevantes que, como bien sabemos, son sumamente importantes a la propia huella de carbono.

Así mismo el modelo que propone de consumo, también como gestor, mantenedor y recuperador de paisaje; así como cuidador del bienestar animal, es sin duda un buen ejemplo de ganadería sostenible para un mundo mejor.

❞𝘼𝙢𝙤 𝘼𝙨𝙩𝙪𝙧𝙞𝙖𝙨, 𝙖𝙙𝙤𝙧𝙤 𝙚𝙡 𝙢𝙪𝙣𝙙𝙤 𝙧𝙪𝙧𝙖𝙡❞

¡Gracias Pedro!

Para saber más sobre Pedro Llera (o Pedro Paniceres), os invitamos a entrar en sus páginas: pedropaniceres ; pedropaniceres

[1] Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, en su informe ‘Agricultura Mundial: hacia 2015/2030’
[2]Fundación Entretantos y Plataforma por la Ganadería Extensiva y el Pastoralismo:
https://www.ganaderiaextensiva.org/wpcontent/uploads/2020/03/CuadernoEntretantos6_GanaderiayCC.pdf
[3] https://es.greenpeace.org/es/trabajamos-en/agricultura/ganaderia-industrial-10-razones-para-rechazarla/
[4] https://www.ciwf.es/
[5] https://www.worldanimalprotection.es/nuestras-campanas/sistemas-alimentarios/granjas-industriales/
[6]https://www.ganaderiaextensiva.org/wpcontent/uploads/2020/03/CuadernoEntretantos6_GanaderiayCC.pdf , pág. 26
[7] Idem., pág 26
[8] https://fb.watch/x0XOiEuAUn/
[9] https://www.facebook.com/reel/480773401708765

Artículo para descargar:
La ganadería-Otraforma de vida- Feb 25